dimarts, 8 de maig del 2018

Suerte

Otro día más de sofá y manta. Sabía que se le acumulaba el trabajo, pero ¿qué más da?, no estaba de humor para hacerlo bien. Cuanto más tiempo tenía para hacer el montón de cosas que debía, menos las hacía. Y luego lo pagaba bien caro con la oleada de estrés que se le venía encima. 
Tampoco había perdido del todo el día. Se había enfrascado de nuevo en la lectura y avanzado algo en uno de los trabajos que pululaban por hacerse oír en su consciencia de chica responsable. También había visto por fin una de las películas que había pedido prestada hacía una eternidad, algo que parecía casi un logro si contaba con que las últimas 4 las tuvo que devolver sin siquiera abrir la caja.

Se notaba que le faltaba algo. Romper con la rutina que no es rutina. Sentir que las cosas impredecibles dependen de algo más que de uno mismo.
Le encantaban los días de sofá y manta, pero cuando terminaban se enfrascaba en un bucle agotador de "¿Y si...?". Tanto condicional la mataba por dentro, la culpabilidad le corroía la consciencia y batallaba con ella misma. ¿Y si hubiera salido a dar un paseo? ¿Y si no se hubiera echado esa cabezadita a media tarde, desperdiciándola casi por completo? ¿Y si dejara de robarse horas de sueño nocturnas para vivir más intensamente las del día? ¿Y si...?

¿Y si lo dejaba todo en manos de la SUERTE?

Si no se preocupaba por las consecuencias de sus actos al atribuirlos a la SUERTE, no caería en la vanidad de haber hecho algo bien ni se torturaría si algo iba mal. Sólo sería cuestión de SUERTE. La pura e imparcial SUERTE.

¿Pero de verdad existe la SUERTE?
O sólo es una excusa para no decepcionarnos si después de esforzarnos las cosas no salen como queríamos. Usamos la mala SUERTE como escudo ante la decepción y la frustración. ¿Que un examen ha salido mal después de trasnochar para poder terminar temario? Mala SUERTE. ¿Que tus amigas no contestan al móvil cuando las necesitas después de semanas sin hablar? Mala SUERTE. ¿Que te duermes por pasarte la madrugada perdiendo el tiempo y llegas tarde a una reunión importante? Mala SUERTE.
Nos cuesta enfrentarnos a las consecuencias, y la SUERTE, tan intangible como inocente, es la cabeza de turco perfecta para nuestras desgracias.


1 comentari:

  1. Yo creo que la suerte es como el destino, ambas están muy ocupadas, hemos de echarles una mano para ayudarnos a nosotras mismas. Aunque no por eso hemos de culpabilizarnos por no hacer x cosas, mejor no hacerlas que hacerlas a disgusto, ¿no?
    ¡Buena reflexión!
    Un abrazo y pásate cuando quieras :3

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