Holita! Hago la reseña justo después
de terminar el libro [aunque no sé cuando la publicaré], porque tengo un
momento (estoy en la biblioteca debatiéndome si debo ir o no al gimnasio dentro
de un rato) y porque así dejo de pesar que podría tener algún tipo de alergia
al kiwi, ya que he tomado un poco a la hora de comer y aun noto la garganta
medio hinchada (sigo viva, así que de momento me vale).
Esta es
la segunda tercera novela de John Green que leo (de Bajo la misma estrella y Ciudades
de papel creo que no he hecho reseña :P) y siempre me pasa lo mismo.
Empiezo más bien normal, me cogen unas páginas más nyefgt y luego llego a un punto de la historia que me engancha. Si
tenemos en cuanta que antes de este leí Perdida,
es comprensible que me costara ubicarme XD.
Sinopsis [traducción
de mi edición en catalán]
Cuando se trata
de buscar pareja, el ideal de Colin Singleton son chicas que se llamen
Katherine. Y si hablamos de las chicas que se llaman Katherine, a Colin siempre
le acaban dejando. Diecinueve veces, para ser exactos. En el viaje que este
aficionado a los anagramas hará en coche, lejos de casa y con diez mil dólares en
el bolsillo, le acompañará un jabalí sanguinario y un amigo del alma con
sobrepeso. Pero ninguna Katherine. Colin está decidido a demostrar el teorema
de la predictibilidad subyacente en las Katherines, con el que espera
pronosticar el futuro de toda relación, vengar los novios abandonados de todo
el mundo y ganarse finalmente el afecto de la chica.
Opinión personal
(sin spoilers)
Se
trata de una novela relativamente breve (310 páginas incluyendo un explicativo
y muy útil apéndice sobre las matemáticas que se usan) y que si te pones con
ello puedes leer de una sentada o dos. En mi caso he tardado un poco en
terminarlo, porque solo he podido cogerlo de verdad en ocasiones muy contadas
(entre otras ahora que lo he terminado o ayer por la tarde justo al llegar a
casa).
Nuestro
protagonista es un chico llamado Colin que me ha caído muy bien. Aunque a veces
pueda sonar quejica o creído o inseguro, me he sentido muy identificada (no soy
tan lista como él, pero entendía muy bien como se sentía en la mayoría de
ocasiones. Excepto por el número exagerado de ex’s, en mi caso son 0 u.u). Es
un chico que durante toda su vida ha vivido para convertirse en un genio y que
esta en un momento de transición. Empezamos con un Colin acabado de dejar por K-19
(AKA Katherine
XIX), i está muy muy mal, destrozado. Duda tanto de él mismo que se
deja arrastrar por su amigo Hassan a un viaje por carretera. En él
encontraran una tumba del archiduque de Austria la muerte del cual provocó la
Gran Guerra. Y para mí, ese es el momento en el que todo empieza a rodar
realmente.
La
narración de John Green es muy ligera y amena, y aunque hay una infinidad de
pies de página explicativos, todos son divertidos o entretenidos o simplemente
son como un gran paréntesis para hacerte conocer mejor algo de un personaje. No
esta escrito en primera persona por mucho que todo el rato lo veamos desde el
punto de vista de Colin (este detalle se me pasaba a veces y
tenia que parar y recordármelo). Esto no se debe a que sea una lectora
desconcentrada, sino que hay mucho dialogo y reflexiones y a veces al
reincorporarte a la parte narrada debes salir del Colin interior en el que te
habías metido.
Los
personajes me han parecido muy bien construidos, aunque notamos que se ha
centrado sobretodo en hacer complejos a Colin, Hassan (este un poco menos) y Lindsay.
Los secundarios cumplen con ciertos modelos sociales que están en todas partes,
y me ha complacido que fueran tan variados (los viejos jubilados de la fabrica,
Mabel, Alco y el resto de la pandilla…
Y Hollis,
la madre de Lindsay).
En
primer lugar, Colin
Singleton, el protagonista indiscutible junto con el dilema
dejado-dejador. Ya he dicho que es un chico que me caía bien. Es un chico
normal (tan normal como puede ser un niño prodigio que ha salido con 19 chicas,
todas llamadas Katherine y todas claras
dejadoras). Es inteligente, pero del tipo esponja, que conecta los conceptos
pero no los interioriza. En ciertos momentos lo veía mucho como un robot,
aunque vivir a través de él te muestra que su falta de social skills le han supuesto un reto importante en la vida. Y sus
objetivos durante el libro son 2: crear su teorema dejado-dejador y conseguir
volver con la fantástica y adorada K-19.
Otro
punto positivo de Colin es que EVOLUCIONA. Sí, algo en él va
creándose a medida que avanza con el teorema en el que trabaja (y que implica
tener matemáticas graficas por ahí
pululando) y nos deja con bonitas frases-reflexión.
Esta
evolución de Colin
se produce gracias a 2 personajes principalmente. El primero, y detonador de la
digievolución, es Hassan, el amigo musulmán, gordito y bastante
listo que tiene como objetivo en la vida vivir sin hacer nada (literalmente
quería ser un mantenido). Lleva un año sabático y piensa ir dando largas a eso
de ir a la universidad, un tema en el que se encuentran en desacuerdo los
amigos. Por suerte, Hassan también evoluciona junto a Colin
y se plantea la forma en que ha cambiado su visión del mundo. Me ha gustado
como esta construido Hassan, aunque a veces se me hacía algo pesado
(parte de su personalidad era ser repetitivo, poco serio. Como esos amigos que
siempre van de graciosillos).
La
tercera en discordia, Lindsay, es una chica de Gutshot (el pueblo
donde se supone que esta esa tumba de gran interés por Colin) que trabaja en una tienda
de esas de pueblo. Por x y por b, Colin y Hassan pasaran unos días en su casa (una
Mansión Rosa) con ella y su madre, la fantástica Hollis. Lindsay es un personaje
que me tenía un poco perdida, pero cuando empiezas a entender todas sus caras
le coges cariño. La mentalidad de pueblo y su multipersonalidad ayudan a Hassan
y Colin
a evolucionar, a buscar un mejor yo.
Y con el proceso ella también se reconstruye.
Hollis parece un personaje casi
irrelevante al principio, pero a lo largo del libro (sobretodo hacia el final)
veremos que es más de lo que parece.
El
final del libro podría decirse que es algo previsible, aunque a mí me ha
parecido algo demasiado ABIERTO! (eso más que abierto es casi como si faltaran
páginas. Como si se le cayera el manuscrito de copia única en un lago y las
últimas páginas reales del libro se hubieran echado a perder). Lo predecible me
parecía imposible en John Green (todos sabemos como termina Bajo la misma estrella. Y Ciudades de papel tampoco es que sea lo
que se dice un final de cuento), así que todo el libro iba yo con miedo.
En resumen, El Teorema Katherine es un libro rápido
de leer, gracias al ritmo natural del autor y de la historia, y gracias a la
intervención de las matemáticas (las graficas aligeran las cargas). Los
personajes son empatizables (hay para casi todo tipo de personas) y
evolucionan. El final es un pelín demasiado abierto, aunque es muy al estilo de
John Green.
Os lo recomiendo si buscáis una
bonita, bien escrita y ligera novela con un toque de matemáticas ;)
7,5/10 |
¿Lo conocíais?¿Lo habéis leído?¿Os gusto?
Comentad
que otros libros de John Green habéis leído (tengo Buscando a Alaska ahí esperando al lado de mi cama :P)
Besitos<3
Le tengo cierto miedo.. del autor leí BLME y me encantó
ResponEliminapero luego, con el de Alaska me decepciné mucho
así que veremos
un beesito
¡Hola! ¿Qué tal?
ResponEliminaPues, yo del autor solo he leído Bajo la misma estrella, que aunque me gustó, no me deslumbró tanto como esperaba, y tengo para leer también Ciudades de papel y Buscando a Alaska.
La verdad es que de todos sus libros, creo que El teorema de Katherine es el que menos me llama, así que voy a esperar a leerme los otros dos que tengo de él y ver qué tanto me agradan, para luego saber si comprarme más o dejarlo.
En fin, muy buena reseña, ¡saludos!