¿De verdad estaba plantada ante su puerta? Parece una tontería eso de "pasaba por el barrio", pero ahí me encontraba, ante la casa del chico que me había gustado durante tres años y al que nunca le dije nada. Si de verdad había desistido, si mi cabeza sabía que ya era hora de superarlo, ¿cómo había acabado allí? Mis pasos me habían llevado inconscientemente. Podría haber girado en esa esquina de la estación y dar más vuelta, podría haber cruzado la calle para no pasar directamente por delante, podría haber andado más rápido para no darle a mi corazón la oportunidad de dar un vuelco al reconocer el lugar. Había tantos
podría y tan pocos debería... ¿qué significaba entonces? que no lo había superado tanto como creía.
Pasar ante esa puerta me había demostrado que mi cabeza engañaba al corazón. Había llegado la hora de afrontarlo de frente y cerrar ese capítulo de mi vida.
...Continuará...
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